lunes, 16 de agosto de 2010

Siembra

Siembra tu descaro en mí.

Arqueada mi espalda,

tómame.

Mueve tu arcoiris

en mis suaves nalgas.

Con tu astro altanero,

custodio de humanidad,

hagámonos serpientes

y mordiscos.

Siémbrame,

ara tu tierra breve y sencilla

tu hoz escarde en los esquilmados huertos

y tu homenaje estalle en aquel anhelo.

Moremos en la hoguera

muévete en tu volcán

escancia tu lava

muerde esa aventura

tiránizame

enrédame a tu cuerpo, bébeme el rocío

luego vuélvete al olimpo,

mi dios.

Lúbrica esa tarde

de lluvia y silencio.

Hombre mío encantamiento y

tributo del cielo,

cubre mi silueta indecente.

Indice, farol, tejedora,

a horcajadas, embarcación.

¡Adivíname!