Su nombre inscrito en un registro
entre raudas multitudes
que buscan trabajo
no perderse de vista,
su semblante anime a la sombra,
la sombra muerda
confirmándola
en estas travesías,
quizás para no retornar.
Ella quiere
que repitan su nombre,
que le susurren una letanía
en la turgencia secreta de la noche,
en la turgencia secreta de la noche,
no quiere lucir sola
en el acto
cuando cese la luz y el aire,
el aire
se agote
y el siseo de sus pasos cansinos
calle.
No, ella no quiere llegar sola,
quiere aún el ayuno de sus tardes
el brío adolescente,
y su aurora de lluvias
golpeando sobré cálices vivaces,
cuando vaya a la piedra de olvido
sin pena ni gloria.