lunes, 14 de marzo de 2011

IDEALES



La ración era la razón del soliloquio romántico.
Mes
horas
luz
tierra
¿qué más?
Si no se conoce más del mundo como puntas desgastadas de estrellas a esa edad,
la ración era  el pretexto de salir a la calle mostrando el panfleto  con todo el pecho henchido
y en firmamentos  cubiertos de imágenes.
Lo importante era el ensueño,
la heroína final del capítulo.
Era árbol en un paisaje  que ahora ya no es nada. 

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