miércoles, 24 de noviembre de 2010

Impunidad

Así me dijo: ábrete como el loto
en la laguna

para sacarte el barro,

abre las piernas 
como los pollitos en la cocina
antes de ponerlos al horno:

mis pies marcaban los hemiferios
donde el jote
escapó en mi volantín,

la calle que nunca veía las lluvias se quedó
en mis zapatos,

mis calcetines volaban en el cielo
y la sombra  gemía 
entre los alborotados árboles 
sus dedos me enfriaban bajo la ropa
yo sentía su rasguño.

El silencio inmenso de la casa
mugía en mis sienes
las baratas arañaban los rincones
que guardarían los secretos 


y la sangre usurpadora, 

el impostor del dulce cuerpo
del pequeño cuerpo
se quedó en mi niñez
y yo
rompiendo  caracoles

así, 
cuando los machaco
esa baba escurre  


y en mi oído
un resuello
un olor.


















  

Sobrevivencia

Ahora
está el almíbar 
a fuego
en la dermis,

de allí salen moribundos,

heridos dioses
que han quebrado las raíces
de las flores silvestres.

En medio de las ruinas 
todo es aceptable,

iré tras tus convenciones,
los yesos a los que te inclinas,
pero enfrentaré una  tempestad
y otra  orilla

para sobrevivir,

empuñaré el terrón
con irá
cuando confundas mi nombre.

No maldije  el camino
quebrantado
que me tocó vivir
esas noches libídines

ese vómito tuyo.