lunes, 12 de julio de 2010

Hartazgo

Rodeada de una tela y de un sonido
que oigo como si quisiera el corazón hablarme,
miro al techo y cuento el número de sus líneas
formando caminos hacia la tenue lámpara,
cuento telarañas,
quizás no sean sino líneas de mi mano
reflejadas en las tablas,
y unos ecos de este eterno rumbo, no terminan,
por más que quiero llegar
quedan aquí susurrando
como una playa cercana.

Me cubro con un chal para atenuar el frío,
para dar forma alrededor como si fuera nido,

cuántas respiraciones para sobrevivir al galope,
de dudar si quisiste renovar el viento de los oscuros inviernos
o la pérdida irrevocable de esta preña
sangrando
y las estrellas
donde se abrió el cielo,
y quedamos
con la sonrisa del hartazgo.

Un día más

Un día más la lluvia se desnuda y se viste frente a mí, su charla monocorde ahuyenta a los pájaros y yo simulo no escucharla, así urden hilanderas arañas rutas antiguas, lento el paso al horizonte cada vez más nítido, yo mientras me constriño, me acoquino para no estorbar el nido.

Quiero ser tu habitación


Quiero ser tu habitación.
En esa habitación quiero el sosiego suficiente
para escribir el testamento justo
cuando murmuren de la noche sus sombras
el misterioso silencio.
Marque el hierro candente sobre mi frente
y seas atento rumbo.
Cuando surca la tarde nublada en mis sueños
de mujer,
tú respondas con la luz entregada de tus ojos.

Quiero que penetres
por mis poros cuando yo prepare mi preñez,
para sentir la primera punzada del placer,
la que anuncia, la veloz,
la que entibia, perturba,
muerde.
La que avisará tu lento sorbo y dulcemente
enturbiarás el agua cristalina con tu arrojo.
Entonces me esconderé detrás de la luz
para que nadie me vea ensombrecida.

Quiero tus conjuros a los definitivos gestos,
el primer relumbre matinal de mi cáliz
no será una puñada que me aprese
si esmerado colono que me escarde.
Nadie me abandona en la roca si mirando el mar,
el mar me relegue en su horizonte.

Palpita lazo ardiendo en mi cintura.
cuando jinete enfila sus camellos
por las arenas de la desolación.