domingo, 19 de diciembre de 2010

Cicatrices

Las cicatrices  de mi infancia,

las amo,

me decían que todo iba bien,
cerrarían
acabado el juego,

ahora,
me ríen,
fue un capricho de correr
nunca de no estar.

Alarmé a  las voces queridas,
tropezones y
un desamor adolescente,
eso fue, 

herida que cierra es la vida que sigue.

Cicatriz es una línea
en la piel de conjeturas y
me picoteará


como una hierba,

el aire me golpeará los labios,

entonces,

lloraré como una mujer

que ama


solitaria.


Cicatrices que se borran




luego,


serán otras.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Impunidad

Así me dijo: ábrete como el loto
en la laguna

para sacarte el barro,

abre las piernas 
como los pollitos en la cocina
antes de ponerlos al horno:

mis pies marcaban los hemiferios
donde el jote
escapó en mi volantín,

la calle que nunca veía las lluvias se quedó
en mis zapatos,

mis calcetines volaban en el cielo
y la sombra  gemía 
entre los alborotados árboles 
sus dedos me enfriaban bajo la ropa
yo sentía su rasguño.

El silencio inmenso de la casa
mugía en mis sienes
las baratas arañaban los rincones
que guardarían los secretos 


y la sangre usurpadora, 

el impostor del dulce cuerpo
del pequeño cuerpo
se quedó en mi niñez
y yo
rompiendo  caracoles

así, 
cuando los machaco
esa baba escurre  


y en mi oído
un resuello
un olor.


















  

Sobrevivencia

Ahora
está el almíbar 
a fuego
en la dermis,

de allí salen moribundos,

heridos dioses
que han quebrado las raíces
de las flores silvestres.

En medio de las ruinas 
todo es aceptable,

iré tras tus convenciones,
los yesos a los que te inclinas,
pero enfrentaré una  tempestad
y otra  orilla

para sobrevivir,

empuñaré el terrón
con irá
cuando confundas mi nombre.

No maldije  el camino
quebrantado
que me tocó vivir
esas noches libídines

ese vómito tuyo.



martes, 9 de noviembre de 2010

Luz que comienza

La luz muestra piedras
en la mano de tu vecino,

sé que las noches
cuando  mis ojos se pegan
de pensar en ti,
tú duermes,


estás bien alimentado 
eres un roble
que  espera huracanados vientos.


Mi cuerpo  nutrió otros cuerpos
amados,

no he estado sola ni la soledad me preocupa,

nada para mi  turgencia de la noche,
ni brazos rudos al alba
ni plato afrodisíaco,

bebí  un vino, todo el vino
me embriagó,
la última gota
                 que no desperdicié.

¿No te das cuenta que eres 
una espina retráctil que tienta?

¿un plis en la almohada, 
una  vigorosa respiración?






jueves, 4 de noviembre de 2010

Quién eres?

Quién eres sombrero ajeno,
quién sino tus labios abriéndose
para mostrar tus seducciones ,

tus dedos uno delante otro atrás,
y ríes, ríes, sacas la lengua entre tus labios
voluptuosos 

quién eres si yo no te hubiera inventado,

yo te construyo en esta irrealidad,
y te acerco a mis caderas,
sobre la cama
encendida 
me cubres,

quién eres luz de juventud que me arrastra
a remotas arenas que nadie ha pisado.

Siempre hay distancias mías y tuyas,
tuyas que son tuyas ahora, pero han sido
siempre mis distancias,
mis ausencias,

sólo te amaré en tu isla blanca
mi Neruda, mi sicario de sueños,
mi vino maldito,
mi sexo alegre,
mi hijo. 

Ciudad desconocida (Santiago, 1 de nov. 2010)

Con los párpados secos entré  a esta ciudad desconocida,
cuando
emergí del silencio, 
de la paz  de mis huesos,

era yo  la   funda de la luna
entre los túneles del metro
para no asfixiarla.

Y él esperó
y me buscó
en las iluminadas sombras de las amplias
calles  con  su antiguo diseño,

nos sentamos
la cerveza y su buen humor
abastecieron esas  calles
que recorrí
con sus siluetas errantes,

ya más confiada,
su mano fue una flor segura
nutriéndose en el sudor de mi frente.

La ciudad desconocida comienza a sonreír,
mis axilas se secaron,
la angustia acerbó  mi faringe,

y  yo lo abrazo agradecida,
con ternura,
casi con pasión. 

CUMBRE LATINOAMERICANA DE POETAS EN RANCAGUA Y MACHALÍ 2010.




Hemos compartido el sol, obviamente dicho así, pero nuestras manos se hicieron grito intenso desde el corazón en aquella tierra que siempre había pasado de largo.  Poetas jóvenes en su mayoría, poetas latinoamericanos, poesía, intentos de mejorar el mundo a través de una convivencia, dulce, solidaria, cómplice, humana. Gracias amigos poetas, gracias a Manual Ediciones, a Rodrigo Véliz y otros ltda.  gracias muchas, Feliz, Feliz, Feliz.....hasta el próximo año..¡¡

miércoles, 3 de noviembre de 2010

AQUELARRE EN LA SOCIEDAD DE ESCRITORES DE CHILE EN SANTIAGO 2010

Mis agradecimientos al Aquelarre en la Sech, por su acogida, por darme la posibilidad de compartir horas de alegría, convivencia, amistad, y por escuchar mi lectura poética, mi canto, muchas gracias.  Seguiré yendo a Santiago y mostrar de alguna forma, sencilla, en la medida de mis posibilidades que en Valdivia, en la provincia hay también poesía, de alguna manera no sentirme en la marginalidad.


Ana Rosa





sábado, 23 de octubre de 2010

Será duro el camino

Anclé en mi sangre un espermio
que no ha crecido,
sin embargo,
yo ruego

que las sombras que dibujan 

escapularios
en las paredes de mi cuarto
atiendan mi parto
y sequen mi sangre

cuando dé a luz;

parir entre piedras cayendo,
parir entre flechas ponzoñosas,
así, 

acunaré al fruto,


con su veneno


lo voy a amar. 

martes, 19 de octubre de 2010

Desorientación

Avanzo por las rutas
que en las  horas invento para
no perder el rumbo,
los astros me siguen
y yo me escondo temerosa
de la luz,
hasta descansar en un  escaño,
allí le dije:
bebamos el sorbo
aunque amargo,
aunque  punce como ortiga,
aunque prepotente nos diga
que incapaces somos para rehacer
los delirios que nos hacían permanecer
insomnes.
Era la hora engañosa
nuestra temporada en el infierno,
nos tendíamos las manos para abrazarnos
y allí albergaban las mariposas sangrantes
sobre un polvo tornasol en las líneas de la vida
que la experiencia  tiró entre los dedos.
Vamos inventando héroes como que nos persigue
el diablo,
¿dónde están los que  salvarán al mundo
dónde el filamento del sol que más arde
para incrustarlo en un glaciar,
dónde el hueso que astilla
para frenar la mecha,
dónde el bufón llora en silencio?

jueves, 14 de octubre de 2010

¿Por qué escribo?



Cada palabra me baila en los ojos
despiadada se burla horquillando
sus locas vocales en la piel de mis dedos
curtidos,
tienen color que sumerge el origen oscuro
del mundo,
en una vertiente invisible
de solaz y candor,
pero es incisiva,
 un calor,
es glaciar por la noche y de fuego
en los días con sol,
no logro entender
este afán de hacer signos,
que me vuelan los gestos del alma
me pregunto hacia qué muerte
me lleva,
este relato, este morder, este lucir
de mis labios el oscuro presagio
de no pronunciar claramente
lo que debo decir,
no sé porqué de las letras
barrer con peñascos y grabas,
sepultos y ciegos,
sorda a la luz, muda al destello,
pero esto es un puñal
que me ahoga,
en pos de una luz que me saja los cuerpos
heridos
que bullen en mí. 

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Otoño

Van los años
acumulando el excremento
sobre las estatuas de la plaza,
allí donde se expandieron mis huesos ilíacos,

desbocada mi boca  lamió tu pecho
y te recorrí en treinta  orgasmos por hora
era el record que me exigías,
para sentirte gloriosamente macho.

No olvido cuando  cayó el anillo
de cobre que me habías regalado,
entre las hojas del suelo me incliné
a buscarlo,
tú displicente detrás.

Tus brazos  agarraron mis costillas
te robaste lo más sagrado,
que mamá me encargó cuidar.

Nunca encontré el anillo,
estaba rotando entre las estrellas
mientras nos éramos un río pegajoso
sobre las hojas secas
y nuestros congelados lomos
un afiebrado otoño.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Poema del dolor

Se me dio vuelta la mañana
se me quebró como un vaso de lágrimas
se me hizo negra la voz,
abismo la garganta.
También escapó zorzal llevándose mi sangre.
Huye, entonces, mi mirada
como una paloma sin alas.
Allí quedé a oscuras,
 mi vida,
como una pisada.
Somos dos sombras en un credo
y yo cardo entre dos aguas.
Me alienta esa montaña empotrada,
a pesar de los ríos,
me alienta esa montaña empotrada,
a pesar de los vientos,
Luego, puedo ser montaña.
Me degrada su triste mirada,
me degrada.
Se revuelca una nublada sábana
con mi cuerpo hecho hilachas
su gota huérfana me atrapa,
¡a jirones de llanto mi voz no te alcanza¡
Su verdad me estrella en la cripta
sollozantes barcos ebrios,
en la alborada gris del sueño cotidiano
en un  tedio y ala agotada.
Sí,
yo sin su cuerpo arreciando a su ninfa universo,
tan oscura y tan larga, la niebla y escarcha
borrascosa mañana de lágrimas.
El cofre de mi amor se rompe
y sus colores se derraman
en mis noches solas con su sed amarga,
un estampido de vacío de alma
callada.
No quiero más voz de tedio en mi garganta
ni alas agotadas.
No quiero más voz de tedio,
ni esas alas. 

viernes, 24 de septiembre de 2010

Yo he sido feliz

Yo he sido feliz,
 cada navidad tuve una cena
 y grandes regalos,
un árbol de pascua,
un pesebre.
Yo he sido feliz.

Pero, una vez,
me levanté a comprar el pan
una mañana
y los que no partieron a sus trabajos,
caminaban de prisa 
de vuelta a sus casas,
las radios anunciaban algo que me asediaba estrepitosamente en el alma,
y esperé muchas horas,
muchas horas,
muchas horas,
horas de encierros,
sirenas en la calle,
gritos en las casas,
los zorzales abatidos;
alguien les disparaba.

En  silencio, 
nos sentamos,
mi familia y yo.

Entonces, 
comenzaba la oscura danza

                         que cambió mi vida.

Violín triste

de Vita Clamavi  Ana Rosa Bustamante M. 
Violín triste


Un día en una era quebrada
partí en busca de mí.
Nada es más dulce que ese vuelo.
Omar Lara

La marca dulce de la tarde y los océanos
en esta ola negra
                             en este beso hipócrita
persiste más allá de la noche, pues
está la luna llena
y se huele ese estar tan simple,
y se acerca la palabra exiliada,
esa polvorienta nostalgia
evocación sublime
                               burlesca cruzada.
Mi violín triste,
mi flauta cómplice,
mi duende forestal,
el fruto jugoso del otoño
me susurran entresueños que entre tanta
cara desmembrada del cuerpo
hay mostos nuevos,
pómulos que vienen retozando
por mis cabellos y hombros,
es su boca un sol que busca  noche cóncava
donde morir.



lunes, 6 de septiembre de 2010


Deslinda la frontera con la muerte parpadeante sombra helada bullente en mi carne, la malogra, es la furia de ver como cruzan los vestidos húmedos, las piernas frías, los zapatos que no logra ver y van al compás de pensamientos que organizan su labor el resto de los días,

yo quiero recoger las hojas que se están pudriendo por el agua, arrugadas como las manos que trabajan y escriben, prolija me basta, sumar las nubes, esconder la cabeza bajo los cedros de olvidados aromas, pero todo seguirá igual como un viejo balón dejado por un niño.

Dónde puedo escarbar cenizas que puedan encenderse en medianoche cuando sonámbulo las etapas por estepas ensordecedoras.

Un día más la lluvia se desnuda y se viste frente a mí, su charla monocorde ahuyenta a los pájaros y yo simulo no escucharla, así urden hilanderas arañas rutas antiguas, lento el paso al horizonte cada vez más nítido, yo mientras me constriño, me acoquino para no estorbar el nido.

Es mi anhelo perpetuo de desollar las manos en la tierra, revolcarme en su torbellino, esperando que circule una sangre nueva de serpientes nacientes, aunque fuera para repetir la expulsión. Pero, podré llorar, sin que me avergüence el estallido y el fruto será nuevamente la causa, aunque sepamos ya que sigue, que un hermano asesinó a su hermano,

quizá tengamos tiempo de avisarle que escrito está y se rebele a su designio.