martes, 9 de noviembre de 2010

Luz que comienza

La luz muestra piedras
en la mano de tu vecino,

sé que las noches
cuando  mis ojos se pegan
de pensar en ti,
tú duermes,


estás bien alimentado 
eres un roble
que  espera huracanados vientos.


Mi cuerpo  nutrió otros cuerpos
amados,

no he estado sola ni la soledad me preocupa,

nada para mi  turgencia de la noche,
ni brazos rudos al alba
ni plato afrodisíaco,

bebí  un vino, todo el vino
me embriagó,
la última gota
                 que no desperdicié.

¿No te das cuenta que eres 
una espina retráctil que tienta?

¿un plis en la almohada, 
una  vigorosa respiración?






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