lunes, 12 de julio de 2010

Quiero ser tu habitación


Quiero ser tu habitación.
En esa habitación quiero el sosiego suficiente
para escribir el testamento justo
cuando murmuren de la noche sus sombras
el misterioso silencio.
Marque el hierro candente sobre mi frente
y seas atento rumbo.
Cuando surca la tarde nublada en mis sueños
de mujer,
tú respondas con la luz entregada de tus ojos.

Quiero que penetres
por mis poros cuando yo prepare mi preñez,
para sentir la primera punzada del placer,
la que anuncia, la veloz,
la que entibia, perturba,
muerde.
La que avisará tu lento sorbo y dulcemente
enturbiarás el agua cristalina con tu arrojo.
Entonces me esconderé detrás de la luz
para que nadie me vea ensombrecida.

Quiero tus conjuros a los definitivos gestos,
el primer relumbre matinal de mi cáliz
no será una puñada que me aprese
si esmerado colono que me escarde.
Nadie me abandona en la roca si mirando el mar,
el mar me relegue en su horizonte.

Palpita lazo ardiendo en mi cintura.
cuando jinete enfila sus camellos
por las arenas de la desolación.

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