jueves, 6 de enero de 2011

PONENCIA EN EL ENCUENTRO DE MEDIADORES PARA EL FOMENTO LECTOR EN LA UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE - VALDIVIA SUR DE CHILE -

DESCUBRIR LA VIDA EN UN LIBRO


¡DESCUBRIR LA VIDA EN UN LIBRO¡


¿Para qué?  ¡en ese caso podemos recurrir a la calle y comunicarnos con nuestros semejantes¡   Pero,  en esta época de comunicación de medios tecnológicos, donde pareció que todo sería más fácil, más eficiente, y más relajado, poder disfrutar de más tiempo con nuestra familia; en cambio se  tornó en una vida inmediatista y superficial,  donde no hay tiempo ya para la reflexión ni los afectos y donde más que vivir la vida,  se sobrelleva.

Un libro no es una suma de hojas que pudieran plantearse como una solución al aburrimiento, por considerarse que sus historias quedan fuera de la realidad diaria,  y constituyen una obstrucción a los momentos que podrían dedicarse a alguna relevante actividad lucrativa. Desde esta perspectiva se ha llegado a considerar que estar tendido con un libro en la mano es una pérdida de tiempo.

Un libro nos abre horizontes y nos muestra la vida, vidas que no tuvimos ni tendremos oportunidad de conocer, o vida que vivimos sin darnos cuenta,  donde experimentamos, gozos o penas sin el tiempo suficiente, para tomar conciencia de ellos y reflexionar. 

Un libro es un paso a la imaginación, a la creación y al sentimiento, de ese modo poder recuperar valores humanos, así avanzar en estadios de desarrollo personal que nos ayudarán a mirar la vida con optimismo,  nos dará energía y nos fortalecerá ante la confusión y la duda, la pena y la angustia, y algo definitivamente invaluable como darnos la capacidad y voluntad de construir y mantener un pensamiento propio que nos salve de un sentido común impuesto que nos mantiene vegetando en la mediocridad de una existencia que nos resulta tediosa.

Según el poeta y profesor Omar Lara:

“El escritor, el poeta, el artista  debe conocer su medio, explorar  el territorio que reside.  Reconocerse en su tiempo y su espacio. Ello incluye, por cierto, conocer su historia, su historia personal y la historia del país que habita. Porque si algo atenta contra estas exigencias y necesidades en el estado de crisis neoliberal en que estamos atrapados en el terreno de la cultura, es su atentado a la identidad. Y como la identidad es la identidad de lo particular –aunque pueda tratarse de un concepto plural- y como el terreno del arte es también el terreno de lo particular, nada más obvio que concluir que el artista puede prestar un gran servicio en la defensa de la identidad. Más bien, debe prestar un servicio. Y ello nos obliga a precisar qué entendemos por identidad.”

Así, pues, la obligación primera del artista, del creador, es conocer y estar conciente de la propia identidad personal y social,  del pueblo en el que está inmerso.

Como sostiene el profesor George Steiner:

“Una persona es inteligente cuando puede leer, interpretar, comprender y escribir; que pueda expresar en símbolos para su descendencia lo que pensó que era importante. El ser humano fue un animal que evolucionó, hasta que aprendió a hablar y, de esta forma, dio rienda suelta a su pensamiento, y con ello aprendió a estampar en símbolos en las piedras, en las cortezas de los árboles, en los muros de las cuevas, lo que imaginaba.

El habla es una competencia importante para vivir y comunicarse, pero no es suficiente; es preciso desarrollar otra competencia más exigente: la lectura. Por ello, hay que buscar los libros, la lectura le permite ingresar al ser humano al mundo del saber social. Recordemos que casi toda la cultura de la humanidad no sólo se expresa en hábitos y costumbres, sino que también está almacenada en bancos de información, llamados libros. Ignorar los libros es desconocer lo bueno, lo bello y lo útil de la cultura universal y local.”



Como objetivos generales del presente Plan para el Fomento de la Lectura y el Desarrollo de la Comprensión Lectora se establecen los siguientes:

a) Fomentar en los alumnos el interés por la lectura.

Que los niños vean frecuentemente leer a sus padres, que hayan libros en casa,  y para esto debe haber mayor accesibilidad a los libros,  de manera que sus precios estén al alcance de todos.

En la escuela los alumnos deberían poder elegir las lecturas de acuerdo a su edad y a su realidad, a sus vivencias juveniles, e intereses,  y no se les imponga la narración, de manera resulte un tedio,  que ellos estén en condiciones de elegir qué leer y cuándo hacerlo.   Que la lectura no sea un medio para obtener una calificación.  Para responder esta exigencia, lo más probable es que se vayan a un medio cibernético como el “Rincón del Vago”, para conseguir el resumen de una obra en unas pocas líneas, agregar los comentarios de otros compañeros,  y usando estos recursos obtengan nota máxima,  sin haber leído y por ende sin haber desarrollado inclinación y cariño por la lectura.

b) Potenciar la comprensión lectora.

Como experiencia personal puedo referir que siendo adolescente, veía unas obras de teatro español por televisión, ahora eso es casi una utopía,   salvo en canales de arte por cable.  Luego me sentí muy estimulada a leer la obras de Lorca, pienso que una de las sendas, puede ser la representación en los colegios, con la caracterización de personajes a través de vestimentas de época y circunstancia y haciendo gala de buen humor. 

c) Desarrollar la capacidad lectora como medio para la adquisición del hábito lector.

Definitivamente,  en la época infantil,  la concurrencia a función de títeres, a museos, a parques, a distintos lugares con la conducción de un profesor de vocación, de allí iniciar un análisis y una conversación.  Luego,  mencionar y mostrar libros en forma estratégica, para que los niños se sientan estimulados a leer debido a la experiencia obtenida.

Más adelante, en la adolescencia, viene la sociabilización, las modas, el amor, las vivencias más potentes que deben enfrentar, todo esto es fácilmente volcado en la escritura, y de la escritura,  lo más probable es que surja el interés por la lectura.

d) Descubrir la lectura como elemento de ocio y disfrute.

Estimular el interés por la lectura,  regalando libros envueltos de manera atractiva, en cumpleaños, o algún evento importante. 

e) Trasladar al ámbito extraescolar y familiar el interés por la lectura.

Crear talleres de lectura y escritura en los colegios, no solamente para los alumnos, sino para los apoderados, padres y madres.  Una lectura después de un día laboral dentro o fuera de la casa, también es una instancia para liberar tensiones.  Allí se hablará de temas familiares, de experiencias de la vida, de anécdotas.

f) Utilizar medios informáticos y audiovisuales como apoyo, mejora el interés por la lectura.

Internet es un gran aporte, ya que también encontramos libros gratuitos allí.

g) Potenciar el programa de bibliotecas escolares y potenciar la biblioteca de aula.

Deben existir más bibliotecas y con más libros, libros para todos los intereses y edades, personalmente me ha tocado buscar inútilmente            autores que no se encuentran en las bibliotecas e incluso tampoco en las librerías.



Mi experiencia en talleres de lectura:

El Consejo de la Cultura me invitó a realizar un taller de lectura en la Biblioteca de la Municipalidad de Corral con las madres de la comuna:   Comencé solicitándoles que me indicaran metáforas,  me respondieron que no sabían, yo les dije: Sí, sí saben lo que es una metáfora porque la emplean varias veces en el día, porque el vocabulario no es exacto, es diverso y en constante cambio,  no siempre se abre a todas las sensaciones que queremos expresar – por la boca  muere el pez, en boca cerrada no entran moscas,  muere pollo, mi tía es una fiera, y así, refranes y expresiones que son metáforas,  y metáforas para decir sin decir o decirlo con énfasis.

Hablamos de la realidad de cada uno, de las profesiones, de las conversaciones que se tenían en la casa, de las conductas, del amor, de la muerte, de la amistad, de los recuerdos de la infancia y la juventud, de las asociaciones de ideas, alusivas al amor, a la maternidad, como ir a un supermercado y sentir el aroma de una loción para guaguas y cuánto hay de evocación en esos artículos.

Leímos autores prosistas y poetas,  nos enteramos de sus biografías, leímos sus poemas, los analizamos verso a verso, las señoras quedaron sorprendidas,  manifestaron el placer y encantamiento que encontraron al saber que podían entender sobre recursos literarios que expresaban sentimientos, sin emplear inatrapables vuelos retóricos académicos para expresar situaciones sencillas de la vida cotidiana, de los afectos, y la convivencia.

También, se alegraron al sentirse interesadas cuando se dieron cuenta que leyendo podían transmitir esos descubrimientos a sus hijos en etapa escolar.

Mi interés siempre ha sido conducir un taller para mujeres, especialmente para aquellas que no tienen acceso a este tipo de actividad, unas por su vulnerabilidad económica y otras solamente por no haber sabido de talleres o pensar que es un medio en el que no tienen nada que hacer allí.  Un taller con mujeres que por estar en contacto íntimo y directo con los hijos, aunque trabajen,  albergan permanentemente esa sensación visceral,  profunda e inexplicable de ser madre.

Mi experiencia en Corral corroboró mi percepción, muy feliz por lo demás, en algo que resulta obvio para muchos, pero que casi siempre se habla de actividades que podrían ser ejecutadas, muy sencillamente, comprendidas naturalmente, pero nunca se llevan a cabo,  y quedan en la teoría.

Un taller para las mujeres de bajos recursos, un taller de lectura e incluso de escritura, en la que van a elevar su autoestima y desencadenará su desarrollo personal y su aporte para que tengamos una sociedad mejor. Espero con optimismo y entusiasmo esta realidad.

También, el Consejo de la Cultura me invito a realizar un taller para personas de la tercera edad, en la Población Menzel, barrio de bajos recursos, donde conversamos de nuestras experiencias, de nuestra vida en todas sus visiones, y me encontré con un señor de 89 años que me recitó su vida en un poema, que hizo durante el mismo encuentro. Hay instancias sorprendentes y conmovedoras, si existieran más medios económicos, indudablemente, se leería más.

Luego, también acudí a la Biblioteca de Río Bueno a un taller con niños de diez años, allí leímos cuentos, y una historia absolutamente real, triste, se trataba de un maltrato a un perro, pero es necesario enfrentar situaciones así a veces,  ya que la vida no es sólo color de rosa.



Ana Rosa Bustamante Morales

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