domingo, 6 de febrero de 2011

Cerca de la Isla.


Un cisne 

restaña las turbulencias.



En un seno hospitalario

separa las aguas
de las sombras
crispadas en ajeno elemento.



Retumba negro el cielo:

un aguacero en su pecho
espanta el canto 
sangrando
su belleza blanca
y negro cuello.


El cisne lleva en su garganta

un fuego amargo:
apagó la luz 
de las palabras
y
va quemando las hojas que arrastra
un libro de dudas
peregrino de la brisa
envuela
hacia un signo
infinito.


Murmura un réquiem, 

un violín, 
corta una a una sus cuerdas, 
rezuma despavorido
un desierto. 



El cisne cuelga

en su pico
los versos perdidos
que todos callan
en latitudes y familias.


Un violín y un cisne

han caído al vacío:


Un manchado pétalo

al desfiladero.

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