viernes, 30 de julio de 2010

Horas, surcos.

Peinture de Monique-Marie Irhy

Asciende pródiga
entre musgo y resolana, ella su cerviz.

Festeja razones
la lluvia de la calle, de estar maquillada,

atrapada en las aceras de tanta gente y piensa
en fuegos que no apaga el agua,

las distancias sus cien cruces recortadas
se derraman
en las horas,
en los surcos,
como estiércol de buitres o colmenas congeladas.

Nunca antes tomó una antorcha para correr por los patios
entre reos,
cuando a oscuras nadie la volvía hermosa,

infibulada bajo cuerdas,
sujetó sus puños en aldabas
donde se dejaba la escoria


allí la buscaría para besarla.

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