sábado, 31 de julio de 2010

En cuerpo de mujer



A mis ojos sedosa como una nube

mi boca en el retoño dulce

del árbol.

De su tronco pendía

como un hoja pálida

el error.

Y una llaga que sangra.

Mis cabellos son arena hasta la playa,

litoral largo de nidos mis piernas.

No saldré temerosa

en una hoja blanca.

Mis pies suaves se hunden en la

delicada humedad del mar.

Es la venda que me duele

murmurando.

Todo mi vigor

devenía

en mis suburbios

carcajadas.

Dame un beso madre,

cobíjame

de este fuego majestuoso

que molesta a las hembras

en la calle.

Gota a gota de rocío me desarma

un desconocido que me acecha.

Nací mujer como la luna,

blanca lima

que formó mis caderas

equivocadas,

volcán enrevesado

desprovisto de cadencia,

en mis ojos

hay desconfianza.

Como el sol abarco

los mohines suaves

y melosos de las hienas,

ellas ríen de mí

y yo las beso

en los sueños del purgatorio.

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