miércoles, 24 de noviembre de 2010

Impunidad

Así me dijo: ábrete como el loto
en la laguna

para sacarte el barro,

abre las piernas 
como los pollitos en la cocina
antes de ponerlos al horno:

mis pies marcaban los hemiferios
donde el jote
escapó en mi volantín,

la calle que nunca veía las lluvias se quedó
en mis zapatos,

mis calcetines volaban en el cielo
y la sombra  gemía 
entre los alborotados árboles 
sus dedos me enfriaban bajo la ropa
yo sentía su rasguño.

El silencio inmenso de la casa
mugía en mis sienes
las baratas arañaban los rincones
que guardarían los secretos 


y la sangre usurpadora, 

el impostor del dulce cuerpo
del pequeño cuerpo
se quedó en mi niñez
y yo
rompiendo  caracoles

así, 
cuando los machaco
esa baba escurre  


y en mi oído
un resuello
un olor.


















  

3 comentarios:

Francisca Quintana Vega dijo...

Saludos....¿es un poema que encierra un gran dolor?. Un saludo.

Francisca Quintana Vega dijo...

Saludos....¿es un poema que encierra un gran dolor?. Un saludo.

Lila dijo...

Qué tremendo poema. Muy perturbador por las emociones que encierra.

Saludos.