Cuando nací estaba en el mar,
la serpiente aprendió el rugido del mar,
mis brazos salían
a la superficie,
yo chillaba como un extraño anfibio.
La serpiente repitió mi voz de océano,
la aprendió y
la dijo mil veces,
mientras
entre los corales
nacía
- me arrancó la lengua
para no tener competidor-
Hoy repto
como ella,
cambio mis escamas,
y callo
callo para no volver,
pues,
abajo
abajo
en el mar,
las algas me enredan,
me abrazan,
y
en mi boca cabe un pezón,
y callo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario